El presidente quiere evitar quejas y reproches del público general. Se flexibiliza la austeridad en el tramo final del sexenio.
Tomado de: Redacción / LPO
Andrés Manuel López Obrador inicia el tramo final de su sexenio y sus desplazamientos por el país comienzan a ser más reservados. Fuentes de la ayudantía presidencial confirmaron a LPO que el presidente ya no está cómodo a bordo de aviones comerciales. En general venía utilizando la flota de Aeroméxico, y por eso ahora prefiere usar los jets Grumman de la Sedena o de la Marina. Se trata de una línea de aviones privados de muy alto handicap al punto que en el sector se los define como los «Rolls-Royce de la aviación ejecutiva».
El conglomerado Grumman Northrop tiene su sede en Virginia, es contratista del Pentágono y la actual CEO es Kathy Warden, ex funcionaria en los gobiernos de Bill Clinton.
López Obrador evita los vuelos comerciales porque en sus últimos vuelos hubo reproches y algunos cánticos contra el mandatario por parte del público general de los aviones. Situaciones que además se vuelven particularmente inquietantes si alguno de los presentes las registra con su teléfono y las lleva a las redes.
Escenas que retratan hasta qué punto hay una brecha de alta densidad entre el Gobierno y el público de clase media que utiliza esos vuelos que hasta hace unas pocas semanas usaba también López Obrador. «Es una minoría, las encuestas dan cuenta del apoyo al Presidente. Pero, ¿para qué darles material para sus campañas justo cuando se vienen las elecciones más importantes que definirán la sucesión», explican fuentes de Morena.
Un dato que tampoco habría que pasar por alto: en las próximas semanas el Congreso deberá discutir la nueva Ley de Aviación Civil, en donde se introdujo misteriosamente el cabotaje. Una posibilidad que tiene en vilo a trabajadores, sindicatos y aerolíneas, por el impacto negativo que podría generar en el sector.
Es una minoría, las encuestas dan cuenta del apoyo al Presidente. Pero, ¿para qué darles material para sus campañas justo cuando se vienen las elecciones más importantes que definirán la sucesión.
El uso de los jets militares tienen además la ventaja de que hay ahora mayor secretismo sobre los desplazamientos del presidente en los fines de semana. La confidencialidad de esas bitácoras de vuelo es absoluta. Una ventaja que se extiende a toda la familia presidencial.
Esta reciente flexibilidad respecto a la austeridad está permeando en el gabinete. En las últimas semanas se vuelve recurrente que algunos secretarios de estado se desplacen por la CDMX en helicóptero, algo completamente prohibido años atrás y también se conoce que el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández recorre el país en jets privados.